Por Pilar Martnez Otero, Mara Sofa Meijide Hoffmann y Francisco Oyuela (*)
El jueves 24 de febrero por la madrugada, Rusia avanz sobre territorio ucraniano, con el argumento de ofrecer proteccin a los territorios de Donetsk y Lugansk (territorios que la misma federacin reconoci como independientes recientemente) tras acusar un genocidio perpetrado por el Gobierno de Ucrania. Lo cierto es que, adems de todas las implicancias internacionales que supone el conflicto y cmo ha conmocionado al mundo, este tipo de fenmenos suele colocar a pases como Argentina en una situacin compleja.
Cuando se habla de la poltica exterior argentina, se suele hablar de pacifismo y neutralismo, elementos que, exceptuando la Guerra de Malvinas y la aproximacin al conflicto del Golfo en los ’90, son el estandarte de nuestra Cancillera desde hace casi 100 aos. Nuestro pas vela por el principio de solucin pacfica de controversias, cooperacin y dilogo por sobre las acciones armadas, y refuta la intervencin y violacin de la integridad territorial (argumento sobre el que se apoya nuestro reclamo por las Malvinas).
A lo largo de la historia, aferrarnos a los principios internacionales nos posicion de manera muy positiva y nos dios un Premio Nobel de la Paz: Carlos Saavedra Lamas en 1936. Para la poltica exterior argentina, las palabras de Luis Mara Drago mantienen su vigencia: An a pesar de los gobiernos, an a pesar de las clases dirigentes, todas las tendencias de la humanidad se inclinan a la paz.
Ahora bien, en los ltimos das, el conflicto entre Rusia y Ucrania est en boca de todo el mundo, incluso de nuestra clase poltica. Lo que nos llev a preguntarnos Qu postura internacional tomar Argentina en este contexto? Seguiremos levantando la bandera de la paz?
En un principio, Argentina no tomaba una posicin clara en relacin a la crisis ucraniana. Quizs por conveniencia, o quizs por necesidad. Tanto el acuerdo con el FMI como la reciente visita de Alberto Fernndez a Vladimir Putin inquietaron a muchos. La abstencin en una votacin en la OEA en relacin al conflicto demostr la ambigedad. No obstante, el respeto por los principios de derecho internacional no parecen estar en duda. A partir del comunicado de la Cancillera del pasado 24, Argentina pone las cartas del idealismo sobre la mesa y pide a Rusia cesar las acciones militares en Ucrania.
A esto sumamos la postura nacional en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el cual preside, donde condena la invasin a Ucrania. Y tambin su posicin y voto positivo ante la Asamblea General del mismo organismo, en donde reconoce que ninguna adquisicin territorial puede ser reconocida por medio de la amenaza o el uso de la fuerza.
De ese modo, se reafirma el compromiso argentino de desestimar el uso ilegtimo de la fuerza armada, fomentar la convivencia pacfica y buscar el pleno apego a todos los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. En definitiva, se toma una posicin ms firme en relacin al conflicto, en favor de la paz.

Ante fenmenos como este, pases como el nuestro se encuentran con un escenario complejo. Cuando los grandes se pelean, hay mucho en juego. Tomar posicin, como a veces no hacerlo, tiene efectos directos sobre nuestros intereses, acuerdos econmicos, asociaciones estratgicas, y hasta desarrollos futuros. As es el sistema internacional, con poco margen de maniobra una decisin incorrecta puede comprometer el futuro.
Sin embargo, la inestabilidad externa no debe arrastrar al pas. A su vez, tampoco es cuestin de verse inmersos en una neutralidad vaca. La neutralidad no siempre es una posicin, mientras que la paz s. Es por esto que si es que Argentina an conserva un margen de autonoma en el escenario internacional, debera usar sus cartas con astucia. Aunque, tomar las riendas de la corriente pacifista supone altos costos en el mundo actual, es algo que est en condiciones de hacer.
Al tomar un camino, sea pacifista o neutralista, se dejan de lado algunas ganancias netas. Optar por alguna de estas (depende sea el caso) supone inteligencia y requiere encontrar el fino equilibrio entre valores e intereses. Podremos hacerlo?
El punto final est en definir si el pacifismo es parte de una imagen y de la marca de nuestro pas. Tener un pas institucionalizado como mediador en el mundo, precursor de una posicin, puede generar un gran estatus a nivel internacional. El reconocimiento entre los pases suele ser algo que no se valora cuando se tiene, pero se nota cuando no est.
Para lograr este objetivo, la clave est en la constancia. Debe ser una pieza concreta de nuestra poltica en todo sentido, coherente con nuestras acciones. Solo as se puede configurar la imagen, sin olvidar que esto es algo que lleva aos de prctica, respondiendo ante toda tentacin de la misma manera.
(*) Licenciados en Relaciones Internacionales por la UCA e investigadores Jr. del Centro de Estudios Internacionales de la UCA
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Argentina: tradicin pacifista, entre valores e intereses